jueves, 11 de noviembre de 2010

Geografia de la Provincia

UBICACION
Se encuentra situada en el centro-oeste del país. Dentro de la región geográfica denominada Sierras Pampeanas. En la parte Norte de la provincia, la misma se encuentra atravesada por varias sierras como las Sierras de Velasco y las Sierras de Famatina, que la recorren de norte a sur y entre las mismas forman amplios valles. El sur cuenta con varias sierras aisladas por llanuras. Su territorio ocupa una superficie de 89.680 km², por lo que su extensión puede compararse con la de Portugal.
Presenta básicamente tres áreas que van desde el sur hasta el norte:
El sur presenta un relieve bajo, dominado por la Sierra de los Llanos y otras sierras adyacentes, como las de las Minas y de Malanzán, rodeadas todas de planicies semidesérticas. Algo alejada de las sierras principales, en dirección al sur, se encuentra la Sierra de Chepes. La zona también cuenta con el dique más grande de la provincia, el dique de Anzulón. Entre estas sierras se encuentran pueblos como Chamical, Chepes, Olta, Malanzán y Ulapes.
El centro de la provincia cuenta con dos formaciones importantes, la Sierra de Velasco y la Sierra de Famatina. En la ladera este de la Sierra de Velasco se emplaza la capital de la provincia.
La Sierra de Velasco se bifurca en dos, formando un valle que es conocido como "La Costa" o "La Costa de Arauco", donde se encuentran pueblos relativamente importantes, como Aimogasta, Anillaco y Aminga. En su extremo noroeste, la sierra deja lugar a un estrecho valle, ocupado por una serie de pequeños pueblos, el más importante de los cuales es Salicas.
Al este de la Sierra de Velasco se encuentra una amplia llanura semidesértica, casi deshabitada, apenas interrumpida por la Sierra Brava. En esta amplia llanura desembocan la mayor parte de los ríos de la provincia, perdiéndose en desagües inundables y salinos.
Al oeste de la Sierra de Velasco se encuentra un amplio valle, el Valle de Famatina o de Antinaco, cuyo centro ocupa la ciudad de Chilecito. En torno al año 2000, el valle ha visto muy aumentada su producción agrícola, con el aporte de irrigación con aguas subterráneas. En este valle se encuentran, además, los pueblos de Famatina, Campanas, Pituil, Nonogasta, Vichigasta, Anguinán, Sañogasta y Los Sarmientos.
En la Sierra de Famatina se encuentra el Cerro General Belgrano, con una importante altura de 6.250 msnm, al pie del cual se encuentra la ciudad de Chilecito.
La sierra de Famatina linda además con otras sierras conocidas como Sierra de Paganzo Y la Sierra de Sañogasta, al sudoeste de la cual se encuentra el Parque Nacional Talampaya. La sierra de Sañogasta en su término norte da comienzo a la Sierra de Famatina; entre las mismas forman un estrecho que es conocido como la Cuesta de Miranda.
El oeste de la provincia está formado - de este a oeste - por:
·         el ancho valle del Río Vinchina, ocupado por poblaciones como Guandacol, Villa Unión y Villa San José de Vinchina.
·         la precordillera, que incluye algunas sierras como de Umango y Del Toro Muerto;
·         una meseta, ocupada en parte por la Reserva Provincial Laguna Brava; y
·         la Andes, que marca el límite con Chile. En esta zona se encuentran las más altas cumbres de la provincia, como el Cerro Bonete, de 6.759 msnm, el Cerro Veladero, de 6.471 msnm, y el Monte Pissis, que se hallan entre los picos más altos de la Argentina. El único paso esporádicamente habilitado para acceder a Chile desde La Rioja es el paso internacional Pircas Negras: La Rioja es la única provincia argentina que limita con Chile pero no posee ningún paso internacional permanente hacia ese país.



GEOGRAFÍA FÍSICA
Se extiende en el norte desde las regiones Cuyo y de las Sierras Pampeanas. Como una rara amalgama de montañas y llanuras, abarca las subregiones de las grandes montañas del oeste <NO de la provincia>, de las sierras y pampas altas de los oasis pobres y de los llanos arenosos, en el resto del territorio riojano. Las grandes cadenas montañosas ubicadas al oeste de La Rioja, pertenecen a la cordillera de los Andes y a la precordillera situada al este de la anterior; además establecen el límite internacional con la República de Chile. Los cordones montañosos se confunden con el paisaje puneño del noroeste argentino, ente ellos la Sierra del Veladero, de la Punilla, Cordón de la Escarcha, Sierra Jagué, de Umango y la occidental Cordillera de la Brea. Las sierras se hallan separadas unas de otras por planicies que en general tienen poca extensión, excepto en si sur de la provincia, donde se dilatan formando llanos arenosos. Las planicies si son extensas y de poca altura se denominan llanos de Paganzo, Patquia, de La Rioja>, si afectan una superficie amplía, elevada y cuadrada serán campos (de Talampaya), y si son elevadas, alargadas y flanqueadas por sierras reciben si nombre de bolsones o valles Chilecito, Punilla, Vinchina, Bermejo, Famatina Velasco, etc.). En la subregión de las sierras y pampas altas, las principales sierras son: la de Famatina y Nevados de Famatina, de Sañogasta, de Vilgo, de Copacabana, de Velasco, de los Llanos, de Malanzán, de Chepes, de Ambato, etc. Los ríos que descienden de estas elevaciones son el recurso económico primordial para el desarrollo de oasis; así, los oasis pobres de La Rioja y Chilecito son los lugares de mayor concentración poblacional. El sistema del Río Desaguadero se extiende a través del Río Vinchina-Bermejo su principal afluente en San Juan, el Río Guandacol o de la Troya. Otro río es el Salado o Colorado que sirve de límite con Catamarca; otros ríos menores son el Famatina, del Durazno, Guanchín, Grande, etc.

GEOGRAFÍA ECONÓMICA
Agricultura, ganadería y minería, 21%; Industria, 28%; Servicios, 51%. Uso del suelo: Montes y bosques naturales, 64,5%; Pastoreo natural y cultivado, 22,5%; Suelo no apto y de desperdicio, 9,5%; otros usos, 3,5%.
La provincia muestra alta especialización relativa en la producción de agricultura, ganadería bovina y la extracción de hidrocarburos. En el sector agrícola, que experimentó en los últimos años un importante proceso de incorporación de tecnología y mayor uso de agroquímicos, los productos de mayor importancia son el trigo, el girasol, el maíz, el sorgo, la avena, el centeno, la soja, la cebada y los cultivos forrajeros.
En menor medida adquieren importancia los cultivos de regadío (frutícolas y hortícolas).
La actividad industrial, de peso relativo menor, se concentra principalmente en la actividad frigorífica, elaboración de subproductos lácteos, molinos harineros y actividad textil. De las salinas Grande o Gran Salitral se extrae sal, que se depura y envasa.

CLIMA
La Región árida de La Rioja se caracteriza en general por una fuerte continentalidad, una débil humedad, una fuerte insolación diaria, limpidez atmosférica, lluvias estacionales (violentas y torrenciales) y una fuerte evaporación así como vientos cálidos y secos.
La influencia de la radiación solar es muy grande pues actúa en el ciclo térmico energético y en la fotosíntesis. La posición geográfica relativa de La Rioja respecto de los límites de las regiones tropicales es favorable (a 4 ó 5º) si consideramos la marcha anual del sol. La información sobre la radiación solar es escasa en La Rioja. Se deben usar cartas internacionales de precisión dudosa pero no desdeñable. La radiación solar media expresada en Kg/cal/cm2 por año, alcanza a 180 cifra comparable al Kalahari (África), Arizona (USA) y Atacama (Chile) que tienen guarismos un tanto apenas superiores.

PRECIPITACIONES
El clima se caracteriza por extremos. La lluvia es esporádica, debido a tormentas de convección; el examen de las precipitaciones anuales a lo largo de decenios muestra la alternancia de períodos secos y húmedos. En las áreas marginales las lluvias son muy irregulares y de difícil previsión con una fuerte tendencia a caer bajo la forma de fuertes aguaceros. Los ciclos secos a su vez son muy severos. La evaporación y transpiración de la vegetación aceleran la pérdida de la humedad del suelo, fenómeno acentuado por la presencia de vientos desecantes y una cubierta de vegetación poco densa por momentos. Entonces, la pérdida de humedad por evaporación es acentuada por las altas temperaturas diurnas, el débil manto vegetal que cubre un suelo fuertemente permeable, así como las arenas y limos sueltos que forman los lechos de los torrentes aluvionales fuertemente erosivos que se producen con este singular régimen de lluvias.
Es verdad que hay una fuerte permeabilidad de los suelos pero la humedad se evapora rápidamente, fenómeno que tiende a acentuar la fuerte evapotranspiración de plantas de gran adaptación a este clima.
Toda la región es xérica. Las lluvias de verano son de corta duración aunque la proporción respecto del año es fuerte (70% del total anual cae en verano) y aunque la porosidad del terreno puede favorecer como dijimos arriba la infiltración, sólo una débil proporción del total caído se mantiene en el terreno formando una capa de humedad que puede permitir la formación de suelos, pues el drenaje y el escurrimiento son fuertes.
Sólo en las alturas, sobre "pampas" interiores, sobre vegas y planicies sobre las sierras, gracias a una mayor precipitación, neblinas, brumas y nieve se forman lugares de mayor humedad relativa, se favorece el desarrollo de pastizales de altura que aseguran, junto a las aguadas, segura provisión para la fauna silvestre de las alturas.
La dirección general meridiana de las montañas del NW argentino y su altura relativa acentuada determinan la captura como precipitación, de la alta humedad proveniente de las masas de aire tropical que nacen en el anticiclón atlántico y giran por las húmedas regiones brasileñas hacia estas regiones desde diciembre hasta marzo. Las laderas orientales de todo el conjunto de "Sierras", expuestas al NE, tienen así una oportunidad de recibir precipitaciones. El rol de los cordones montañosos es muy importante en la distribución regional de las lluvias. Por una parte hay que considerar que las lluvias caen principalmente en verano, siendo enero el mes más lluvioso, en tanto que el invierno es muy seco. Por otra parte las precipitaciones disminuyen en sus totales de E a W, de 300 mm en la zona de contacto con Córdoba y Catamarca, hasta 100 mm al pie de la Cordillera de Los Andes.
Sólo las laderas orientales de las montañas constituyen "islas" de humedad. La Cordillera de Los Andes a su vez, es una importante interferencia topográfica, pues interrumpe la posibilidad de transporte de humedad desde el Pacífico. Los Andes constituyen, entonces, por su altura y posición una imponente barrera biogeográfica y humana. Además a sotavento el viento descendente acentúa la sequedad y la aridez de una vasta región de fuerte continentalidad que se extiende aproximadamente entre los 22º y 50º Lat S de nuestro país. El total del balance hídrico es deficitario.
En La Rioja puede haber variaciones importantes en la temperatura, además de las precipitaciones. Pero si la variabilidad mensual de las precipitaciones es débil no lo es de un año a otro en muchos casos. En 1943 Villa Unión recibió 42,6 mm de lluvia; en 1944, 181,4 mm y en 1954, 13 mm.

TEMPERATURAS
La Rioja se halla sometida a la acción prolongada de los calores fuertes y durables del verano. En los sectores urbanos el calor aumenta especialmente por la irradiación IR del pavimento, de los muros de los edificios y del propio vapor de agua contenido en la atmósfera. Además la alta tensión de vapor aumenta la sensación térmica sofocante. El calor es pues un problema bioclimatológico que influye sobre el medio y los hombres. Bajo ciertas condiciones superficiales en medios específicos, como médanos, pueden proliferar especies como langostas y saltamontes. La lejanía del Atlántico y el aislamiento relativo del Pacífico debido a la presencia de Los Andes acentúa en gran parte el régimen térmico con veranos muy cálidos e inviernos bastante suaves.
Las temperaturas diurnas son en general, moderadas en invierno gracias a la fuerte insolación en cielos comúnmente despejados. El carácter continental sin embargo, hace que las noches sean frías con heladas en junio y julio. Este mismo hecho favorece en cierto micro-ambiente el aumento de la humedad gracias al rocío matinal.
En general el régimen térmico es propio de un clima continental seco y cálido. Sólo en las montañas la temperatura desciende por la altura y la exposición, más aún siempre y cuando haya vientos favorables.
La temperatura puede tener incidencia sobre la naturaleza y ciertos fenómenos ecológicos. Si las temperaturas son altas el nivel de materia orgánica del suelo es bajo y se reducirán la vida microbiana de los suelos limitada a períodos de humedad ambiental con niveles aceptables. Las variaciones de temperatura pueden también contribuir a procesos tales como la exfoliación de las rocas. La meteorización mecánica o bien el termoclastismo son fenómenos habituales muy importantes en la formación de materiales regeneradores del suelo y en el desarrollo del paisaje riojano.
La tala de árboles y arbustos disminuye la protección del suelo. Los incendios producidos para deforestar áreas cubiertas por especies leñosas con el fin de preparar quizás algún cultivo de secano, o bien para permitir la actividad pastoril renovando las pasturas, producen serios efectos sobre la tierra carente de protección vegetal, eliminando el débil contenido orgánico disponible y exponiendo el suelo y rocas a los efectos de los cambios cotidianos de la temperatura que son generalmente muy amplios.
La latitud y la altitud producen matices en los valores de temperaturas. Por una parte las amplitudes medias anuales crecen de N a S. Por otra parte los contrastes térmicos también se producen con la altura tanto diaria como anual.
La nubosidad, mayor en las sierras que en valles y planicies puede incidir en las oscilaciones diarias o estacionales de la temperatura. Esa nubosidad no supera el 15 ó 18% de los días del año. Aunque puede haber días encubiertos, los días lluviosos y con fuerte insolación son abundantes.

HUMEDAD 
La tensión media de vapor y la humedad media relativa baja, con cifras mayores ambas en enero y mínimas en agosto, son factores que pueden tener incidencia sobre las condiciones generales en las masas de aire y por consiguiente sobre las precipitaciones que imperan desde finales de la primavera hasta el fin del verano.
El régimen térmico, el tipo de lluvias y la débil humedad atmosférica caracterizan la aridez de La Rioja.
El balance hídrico es negativo y estimulado por la fuerte evaporación.

VEGETACION
La vegetación de La Rioja se encuentra rigurosamente adaptada a las condiciones mesológicas especialmente precipitaciones y temperaturas. El crecimiento de las especies vegetales es en general muy lenta. Sus raíces y hojas se adaptan a las condiciones según los dominios fisiográficos.
Los suelos - en términos muy generales - están constituidos por depósitos de materiales libres, limos y arcilla. El humus es escaso. Tienen gran permeabilidad y en ocasiones, impurezas debidas a la disposición de los estratos geológicos y a la evolución de los procesos erosivos.
Clima y relieve influyen sobre la vegetación y los cultivos, delimitando el espacio ocupado por las actividades humanas. Si consideramos el total de los factores físicos, el agua es el agente fundamental de la configuración espacial; el agua modela las actividades humanas.
Pero hay diferencias, a veces notables, según los diversos dominios.
En la montaña aparecen dominios como la provincia Alto-andina y una fracción de la Puna. En la montaña media y en los valles y bolsones al interior de las sierras se ubica la provincia del Monte y la provincia Prepuneña. En los Llanos y las sierras de alturas relativamente bajas ligadas a esta área aparece la provincia Chaqueña "serrana" para las alturas, "árida" para las planicies.
La Cordillera de Los Andes es una barrera a la vez climática y biogeográfica. Allí y en la Puna el clima es agresivo: predominan bajas presiones y temperaturas, vientos fuertes (viento Blanco), nieve y hielo, aire enrarecido y fuerte radiación solar. El ecosistema es sometido a estas severas condiciones y plantas y animales se han adaptado: las plantas tienen follajes espesos y ricas en aceites esenciales, crecimiento muy lento, y estructuras en "cojines", escudándose en el substrato -brechas, declives. A gran altura, hasta 5.000 m inclusive, en extensiones planas y áreas cercanas a otras más húmedas (vegas o áreas pantanosas) se ubican estepas de gramíneas de matorrales y en ocasión matas espesas, especialmente el "coironal" de pastos duros ("ichu" de los indígenas) formando verdaderos islotes.
Así en la zona andina predominan especies como Festuca sp. o Stipa sp. Y también caméfitas que componen una suerte de tapiz leñoso bastante espeso en ocasiones, como Nototriche copon ("copón"), y Adesmia sp. ("cuerno"). En lugares pantanosos hallamos algunas gramíneas, como Calamangrostis sp... Ya en plena Puna encontramos arbolillos y arbustos tortuosos cada vez más raros por su excesiva depredación por el uso artesanal o como combustible como Ephedra ("tramontana"), y Polyleptis sp. (queñoa) o estepas de Lepidophyllum sp. ("tola").
La altura establece diferencias en la vegetación. En las depresiones, el Valle de Vinchina al W. la comunidad es abierta, xeróphila con predominancia de especies espinosas, muy pocas anuales, salvo cuando surgen áreas húmedas. Más allá de 1.700 m, predominan los pastos duros como en la Puna. Donde se halla agua hasta 2.000 m se hallan árboles y arbustos Prosopis sp. (Algarrobos), Goeffrea decorticans (chañar), Cercidium praecox (brea), y también en variaciones de altura Ephedra breana (tramontana), Cassia aphylla (pichana), Atriplex sp. (Cachiyuyo).

A medida que se avanza hacia el sur del Valle de Vinchina la densidad de la cobertura vegetal aumenta aunque hay vastas extensiones de antiguos bosquecillos, o galerías, o laderas, de algarrobos devastados, aparecen cactáceas.
Aprovechando su capacidad de profundizar raíces para buscar el nivel de aguas se observan Larrea sp. (Jarillas) asociadas en las pendientes de algunos conos de deyección o en rincones "encajados" de algunos cauces a los algarrobos sobrevivientes. También se encuentran especies como Distichilis spicata, Atriplex lampa y Saueda divaricata.
Al SW del Valle de Vinchina, en Guandacol, las plantas buscan la cercana humedad acumulada en el fondo de las quebradas y en aquellas alturas sobre laderas expuestas convenientemente que captan las esporádicas lluvias. Se encuentran allí pastizales de abundantes gramíneas y algunos arbustos.
En áreas más secas la vegetación es claramente xerófila con especies arbustivas y espinosas.
Puede haber, si hay humedad, algunas asociaciones de algarrobo (Prosopis sp.), Geoffrea decorticans (chañar), Cercidium praecox (brea) y el árbol Schinopsis molle (molle). En lugares arenosos en los conos de deyección y pequeñas crestas en la pendiente al pie de montañas aumentan las xerófilas y cactáceas, y si hay áreas más favorables asociaciones de Acacia furcatispina (garabato), Prosopis torcuata (tintitaco), Bacharis sp. (Chilca), Bulnesia retama (retamo), etc.
En la parte más alta de las laderas, en terrazas más húmedas o donde el agua aflora hay suficiente sustento de gramíneas de alto valor forrajero. En la planicie aluvial derivada de los colectores en donde impera una pendiente suave y surgen algunas aguadas que pueden salinizar la tierra, predominan halófitas, Saueda divaricata (jume), Allenrolfea vaginata, así como Bacharis sp. (Chilca).
Si no hay sal, predominan gramíneas altas, Cortaderia sp. (Cortadera) y Phragmites australis (carrizo).
Al SO de Guandacol se observan vastas extensiones con los restos de lo que parecen haber sido campos de retamos, explotados hasta el agotamiento para extraerles "goma".
Al E de la extensa sierra de Famatina se ubica la gran depresión tectónica del Valle Antinaco-Los Colorados, con un suelo comúnmente arenoso mezclado en ocasiones con gruesas piedras o a veces salino.
Al pie de las montañas los conos aluviales especialmente del sector O del valle contienen suelos de una arena muy fina, limosa, salpicada de gravas de diverso grosor, aptos para el trabajo agrícola y al desarrollo de la vegetación. El material grueso se ubica al pie de la montaña. Allí en suelos permeables y con arenas intercaladas la humedad es retenida y puede favorecer el desarrollo de suelos con abundante humus. Allí en franjas determinadas por la profundidad de las napas de agua, tanto como por la calidad de los suelos se encuentra la típica vegetación de matorrales del Monte, más abajo se observan arbustos halófitos. En suelos arcillosos de subsuelo rico en agua, incluso salinizada, los algarrobos forman reductos, a veces aislados otras veces integrando algún agrupamiento.
Como freatófitas los algarrobos disminuyen el nivel de humedad del suelo con su evapotranspiración. Pero favorecen el desarrollo de microambientes disminuyendo los efectos de vientos desecantes tan típicos de la zona. Su eliminación provoca el ascenso de la napa de agua, la consiguiente descarga de agua y la depositación de sal de excedente formando salinas y salitrales.
Al pie de la montaña y de los conos aluviales se sitúa una franja de plantas del género Larrea (jarilla), los jarillales, extensa franja que se encamina al fondo de depresiones, en las mesetas, lomas y terrazas ubicadas frente a las sierras dominando ambientes secos, de suelos drenados pero donde el nivel de la napa de agua no es alcanzado por las raíces de otros arbustos. Los jarillales, cuya planta típica es Larrea cuneifolia, prefieren suelos arenosos y arenoso-arcillosos, pero no tolera altos niveles de sal, pero se adaptan bien a las laderas expuestas al Norte más secos y más cálidos. Difícilmente se la observa en áreas inundadas, ni en las depresiones mismas en donde imperan barros o salinas, ni donde el agua subterránea aflora.
Otra de las jarillas, L. divaricata vive a su lado pero más cerca de conos de agua, áreas más húmedas e incluso próximas a salinas, pues es tolerante. En la montaña asciende un poco más. Finalmente Larrea nítida se comporta como freatófita por lo que puede su presencia determinar el nivel hidrostático de las aguas subterráneas. Zuccagnia punctata permanece asociada a la L. cuneifolia en laderas y surcos fluviales pero no en áreas inundadas ni bajo algarrobos.
En las franjas de barreales y de salinas en la sección más profunda del Valle Antinaco-Los Colorados hallamos arbustos halófitos, Sueda divaricata (jume) y Allenrolfea vaginata. En la periferia de los barreales el jume se asocia a Atriplex sp. (cachiyuyo), que a veces penetra entre los más alejados algarrobos. También se reconocen Prosopis strombulifera (retortuño) y Sporobolus rigens (junquillo), señalando su presencia la filtración de la napa de agua subterránea al menos a 8 m de profundidad.
Ascendiendo la montaña se identifican cactáceas y algunas especies típicas del área prepuneña y alto andina. El jarillal difícilmente entra en contacto con éstas; la estepa de arbustos espinosos bajos y aún algunos cardonales señalan el margen de transición hacia la vegetación de altura con suelos de detritos y gravas de tamaño diverso llegando hasta alturas de temperatura y exposición aceptables, cerca de los 3.200 m.
En la estepa dominan especies de la familia Zigofilácea, como Bougainvillea spinosa, Ximenia americana y otras, incluso cactáceas. En algunas laderas y pendientes escarpadas, de rocas desnudas o descompuestas parcialmente, abundan cactáceas y Bromeliáceas.
Los Llanos
En Los Llanos predomina la vegetación de características chaqueña en el límite sudoriental semiárido del Chaco.
Se trata de un bosque subtropical pobre en donde domina el Aspidosperma quebracho blanco ante una menor cantidad de especies, incluso otros quebrachos, en comparación a otros distritos chaqueños. La cobertura de arbustos y árboles no es grande.
Se pueden hallar árboles y arbustos como Prosopis sp. (Algarrobos), Zizyphus mistol (mistol), Bulnesia retama (retamo), Prosopis torquata (tintitaco), Mimozyganthus carinatus (lata), Acacia furcatispina (garabato), Celtis spinosa (tala), Geoffrea decorticans (chañar).
En los conos aluviales, especialmente en los que descienden del Velasco, la fisonomía de la vegetación depende de los matorrales, a los grados de humedad, a la exposición al sol y los vientos, a la actividad humana.
Predominan un matorral de arbustos, cardones y algunas gramíneas. En la parte más baja reaparece el quebracho blanco. En las galerías hay vegetación rupícola y freatófita.
Al pie de las sierras, especialmente al Sud (zona de Mal Paso) se forman "Bad Lands" o "mal país", y algunos "peladares" cubiertos de barro y "pedestales" en donde se afirma uno que otro algarrobo solitario con sus raíces casi al descubierto. La cubierta es débil e irregular, debido a la tala y sobrepastoreo.
Los Llanos constituyen un sistema de gran interés, en donde alternan arenales, dunas, lenguas de limo y arcilla, que ocasionalmente concentran la humedad y permiten el desarrollo de vegetación que a su vez fija la arena.
Las dunas pueden tener materiales de un grosor adecuado para la infiltración, favoreciendo la humedad subterránea. Allí crecen entonces entre las dunas, mantos de vegetación arbustiva y algunos árboles.
Ligadas al sistema Desagüe de Los Colorados, al O del área hay dunas de sedimento fino. Entre dunas, algunos suelos arcillosos impermeables, facilitan la formación de charcos de agua después de las lluvias y el desarrollo de asociaciones vegetales numerosas. A veces se forman "peladares" y sobre sus bordes plantas resistentes a la salinidad. Es curiosa la intercalación de dunas bajas y lechos de ríos secos, y en las fuentes de humedad se favorece la instalación humana con pastoreo extensivo y extracción de madera.
El relieve en general es homogéneo interrumpido al E por la Sierra Brava y las Salinas y domina una planta pionera muy tolerante a la sal Herostachys ritleriana. Cuando la sal disminuye la cobertura vegetal aumenta. Domina aquí Allenrolfea patagónica y otras halófitas hasta llegar a la formación caracterizada por el quebracho blanco.

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